Comer pulpo, gambas y langostinos en verano

España es uno de los países donde más pescados y mariscos se consumen anualmente, solo por debajo de Portugal y Noruega en Europa, y claro, del gigante Japón a nivel mundial. El mar nos proporciona b

uena mercadería que hay que aprovechar y nuestra cocina la incluye en muchos platos tradicionales. También aparece en la cocina de autor de los más renombrados chefs internacionales.

En los meses de verano el consumo de mariscos se dispara en España. Por todo el litoral
los restaurantes, marisquerías y bares amplían su oferta de pescados y mariscos en los menús ante la demanda de los consumidores de estos preciados manjares. Los veraneantes se tientan con el olor a mariscos proveniente de las cocinas comerciales y se sientan a deleitar sus paladares de las delicias del mar.

En las zonas costeras, su consumo se multiplica ante la cantidad de turistas que nos visitan en estos meses estivales. Ya sea nacional o internacional, uno de nuestros puntos fuertes del turismo es la gastronomía. Y es allí donde la gamba, la cigala o el langostino ocupan los puestos más elevados en cuanto a la calidad en la mesa. Asimismo, en los meses de julio y agosto el aumento en distintas celebraciones, bodas y fiestas populares hacen que el marisco siempre sea muy demandado.

Sin embargo, los mariscos escasean debido a que la pesca es menor por la posibilidad de conservación y la fuerte demanda. Además, está el problema del sabor, puesto que el marisco tiene épocas de reproducción, muda en estos meses y su sabor es diferente y posee menos carne. A veces buscar productos frescos es un error.

Para hacer frente a tanta demanda nada mejor que el marisco congelado. Cocedero posee una amplia oferta de mariscos que, congelado, conserva la textura y sabor del producto original. Más de 20 años abasteciendo el mercado de mariscos y siendo líderes en el área nos han llevado a buscar y velar por las mejores materias primas y el cuidado de las etapas de producción para alcanzar los mejores estándares a la vez que cuidamos del medio ambiente inclinándolos por procesos que utilicen menos recursos.