La principal revista del sector nos entrevista como reconocimiento al gran servicio y producto que ofrecemos en Cocedero de Mariscos.

Os dejamos la entrevista a nuestro Presidente Albert Valls:

¿Cómo fueron sus inicios en el sector?

Todo se inició en el año 1984, cuando puse en marcha una pequeña sala de cocción de gambas,

para vender mayormente en el merca, a algunos detallistas de pescado, bares y restauración en

general.

En 1985 empecé a ver en el mercado langostino cocido congelado, producto importado de

Francia que iba cogiendo cuota de mercado por la facilidad de alargar la conservación del

producto en excelentes condiciones. Así que después de estudios y pruebas para dotarlo de

sabor y presentación, me puse a elaborar el producto con estándares de calidad aceptables.

¿Qué logros destacaría en todos estos años de trayectoria profesional?

El reconocimiento de la compañía a nivel nacional e internacional: haber

posicionado nuestros productos y nuestra marca en todos los mercados

europeos y en algunos de terceros países.

También es un motivo de orgullo tener homologada nuestra planta con las

certificaciones de calidad establecidas a nivel europeo, norteamericano y

asiático.

¿Cuáles han sido los principales retos o dificultades a los que ha

tenido que enfrentarse?

El primer problema lo tuve en encontrar la nave con el espacio necesario

para el montaje de una línea suficiente para poder asumir la producción

que nos demandaba el mercado. Además, en aquel entonces éramos de los

pocos en toda España que nos dedicábamos a esta actividad.

El segundo fue la falta de materia prima que teníamos: no se conocía

todavía el langostino de cultivo y debíamos pertrecharnos del

langostino de la flota española, que faenaba en el oeste de África

(Senegal, Mauritania, Guinea o Nigeria). Cuando no era posible acceder

a estos orígenes de la flota española, debíamos importar y comprar a

empresas francesas, que estaban muy posicionadas en esos países. Y al mismo

tiempo, estar muy atentos en las cargas para que no nos dieran “gato por

liebre”, como se dice en el argot callejero.

¿Cómo nació Cocedero de Mariscos y cómo ha evolucionado hasta

nuestros días?

Cocedero nació en 1986, aunque su operativa no se inició hasta enero de

1987, fruto de un acuerdo de colaboración en sociedad al 50% entre otra

compañía ubicada en Lleida (actualmente extinguida) y yo como persona física.

La evolución ha sido constante a través de los años. La primera

instalación en Mercabarna (Barcelona) se amplió con otra de superficie mucho

más grande en 1989 en Benavent de Segriá (Lleida). Y en el año 2007, una nueva

instalación de 10.000 m2 en Fraga (Huesca) sustituyó a la de Benavent, para cumplir

con todos los estándares de sanidad y las certificaciones exigidas por el mercado

nacional e internacional.

Simultáneamente hemos introducido nuevos productos y nuevas

presentaciones para ser más atractivos en el mercado y acompañar a las nuevas

exigencias del consumidor.

¿Cómo ha evolucionado la demanda en los principales mercados

de los productos que comercializan?

El mercado es muy dinámico y te has de adaptar rápidamente a las

demandas de tus clientes. Nosotros empezamos haciendo producto cocido

congelado, pero fuimos observando que en Francia habían comenzado con lo

que ellos denominaban “cuisiné du jour” (cocido del día) y así empezamos

poco a poco en el mercado francés, haciendo producto refrigerado.

Al cabo de un tiempo, evolucionamos al langostino cocido en atmósfera, siendo

pioneros en el mercado español. Actualmente, el 90% de todo el langostino

cocido que comercializamos es refrigerado y nuestra facturación por exportación

ya representa el 70%, llegando a países como Francia, Portugal, Italia,

Reino Unido, Alemania, Bélgica, etc.

¿Y la disponibilidad de materia prima?

Nuestro principal producto, el Penaeus vannamei, empezó a llegar a Europa a

finales de la década de los 80, siendo los cocederos franceses los primeros en

trabajarlo. En España, al ser un país con una flota pesquera importante, se

utilizaban varios tipos de langostino y gambas de la costa africana. Poco a

poco se fue imponiendo el langostino de cultivo, por la estabilidad en el precio y

calidad homogénea.

El país pionero fue Ecuador, formando grandes compañías camaroneras.

Viendo el gran mercado que había, otros países del centro y sur de América

como Honduras, Guatemala, México o Perú empezaron a cultivar esta especie, que

junto con distintos países asiáticos, conforman una producción mundial de

5.000 millones de toneladas.

Actualmente el principal consumidor es China, condicionando la compra

a mercados tradicionales, como eran Europa y EE.UU.

¿Cómo ha sido la evolución del sector en estos años?

Con el paso de los años la demanda ha ido en aumento. Pero también

es cierto que debido en parte a la extraordinaria capacidad de producción

aumentada por parte de todas las empresas del sector y un exceso

de nuevas compañías instaladas, hemos llegado a una sobreoferta que hace

que el margen haya caído y ya se produce a niveles de costes por debajo de

otros países productores subdesarrollados.

No obstante, el crecimiento ha ido en aumento, principalmente

por los artículos introducidos de mayor valor añadido y listos para

calentar y comer sin más.

¿Cuáles cree que son las claves para ser más competitivo?

Hoy en día es muy importante la productividad.

Para ello hay que dotarse de maquinaria automatizada que reduzca mano de obra

y hacer tirajes largos de producto para no tener demasiados cortes en la

elaboración. También hay que tener la capacidad de adelantarse a tu

competencia y ofrecer lo que requiere el mercado.

¿En qué proyectos trabaja Cocedero de Mariscos a corto-medio plazo?

Ahora mismo estamos centrados en completar la línea de alta capacidad de

pequeño formato, lanzando al mercado un embalaje 100% biodegradable,

ya que creemos que la sostenibilidad del planeta es algo que no podemos

olvidar desde el mundo empresarial.

Conjuntamente estamos centrando esfuerzos y recursos para ir ganando

cuota de venta en el mercado del pulpo elaborado.

 

Y a continuación os presentamos el artículo que escribe nuestro consejero delegado David Valls:

Balance 2020

2020 ha sido un año excepcional, sobre todo, por el miedo por no saber qué iba a pasar y durante cuánto

tiempo. A medida que la sociedad fue conviviendo con la pandemia, el consumo fue subiendo poco a poco,

aunque de diferente manera. Al estar cerrada la restauración, fueron los supermercados y tiendas de

alimentación los que trabajaron por encima de lo normal.

El verano fue bastante positivo y luego nos mantuvimos en una cierta normalidad. Nuestra apuesta por el

retail hizo que nuestra facturación mantuviera niveles del año pasado.

La campaña de Navidad fue muy satisfactoria y cumplimos los objetivos fijados.

Situación de mercado

Con los primeros casos de covid-19 en China, el langostino de cultivo cayó en consumo, y en consecuencia, en

precio, pero no afectó a Europa hasta pasados tres meses. Los exportadores, con un buen margen, vieron reducidas

sus ganancias, mientras que los importadores disfrutaron de precios bajos, recuperando los márgenes que

las cadenas de distribución permitieron.

La situación actual de los productos congelados importados es difícil en China: los procedimientos

de inspección y control son muy complicados y la gestión de la cadena de suministro se vuelve cada vez más

estricta. Por otro lado, la cantidad de existencias locales de vannamei sigue siendo alta, por lo que no hay grandes

incentivos para compras adicionales.

En 2020, la demanda de la UE de vannamei de Ecuador tuvo una gran disminución, y China se convirtió en el

mejor mercado para los vannamei de Ecuador.

El precio de la materia prima variará en función de la evolución de la pandemia y la prudencia en las compras

irá acorde con las previsiones de venta.

Perspectivas 2021

Este año 2021 lo afrontamos con optimismo. Vamos a seguir con nuestra apuesta por la exportación,

que ya representa el 70% de nuestra facturación.